Es en la desgracia cuando alcanzas cotas más altas de lirismo, cuando te muestras impepinablemente humano, demasiado humano como diría tu querido Nietzsche. La nobleza de la caída, la triste estampa del perdedor, te recubre con una pátina de color aceitunado y reflejos dorados que te hacen aun más atractivo. Bogart lo convirtió en un arquetipo y no veo por qué a ti no deba funcionarte igual de bien. No desesperes, tienes el porte, la mirada triste y el bonito ademán del fumador melancólico.
He visto a María, por delante y por detrás, y puedo comprender tu desespero. Por mi proverbial empatía puedo sentir asimismo la noche que sientes negra como su ausencia, el frío que te hiere como puñal vengador. Del mismo modo puedo entender la enajenación de mi Embajador y puedo prever su deriva futura hacia vulgar pelele. Nada se puede hacer ya por él, sólo celebrar su éxtasis actual y contener en lo posible su reguero de baba. Carpe diem y el vivo al bollo.
Pero si, tras nuestro inocente desencuentro, puedes aceptar un humilde consejo de cuñado que ama a la que es Nacida Igual a Vos, no te muestres débil ante la causante de tu desgracia (Zar puede darte clases de despecho, ha cursado un Máster). Ignórala, preséntate con tu mejor y más negro uniforme a su boda (el de la cabra primigenia bordada en hilo dental), y no cometas la vulgaridad de hacerte acompañar por sinuosa mujer, es un recurso demasiado obvio. Preséntate sin nadie de tu brazo, libre, arrogante y con paso firme, con una cordialidad indiferente y elegante en el gesto.
Veo que a Zar, como no podía ser de otro modo, le ha alegrado la felicidad amorosa del Señor del Cafesí que se une a la felicidad oceánica de toda Ascensión Xirivella. Ya resuenan las trompetas en las ubérrimas tierras de la República, ya todos sus habitantes practican la Sentadilla Cómica, ya se han enviado invitaciones a todos los mandatarios del planeta, ya la guerra ha terminado.
La primavera ha llegado justo a tiempo y Carmen Miranda y la Orquesta de Benny Goodman ensayan su actuación para la ceremonia.
Sí, Zepporro mío, tú lo has dicho, viva el amor.
3 comentarios:
Y al darte la media vuelta, estimado Gandul, viste que estabas tan solo que únicamente sentiste un nudo en el corazón.
El despecho es un arte y como tal ha de ser sentido y concebido. Me derrotaréis mil veces pero jamás me venceréis. Ese orgullo rabioso lleno de lágrimas pero contenido, esa mirada vidriosa mas poderosa. Ese dolor humillado por la deserción de María Unpajote matizado por la sonrisa irónica de saber que Sandra Seispajotes calienta en la banda para salir. Gandul, el bodorrio es una oportunidad única para establecer un canon de elegancia, de orgullo, de saber estar, de ser el protagonista creando admiración sin abrir la boca, sin gesticular. Su pose en ese día será el verdadero destino de todas las miradas. Repito, tiene una oportunidad. Demuestre quien es el Señor del Sie7e.
Y, a usted, Tomoya, le apunto la idea de, con motivo de los fastos, organizar con toda su población la mayor conga del mundo haciendo sentadillas y así salir en el libro Guiness. Seguro que a su embajador le encantará encabezarla.
Viva el amor puro y verdadero.
Al parecer la novia arrepintióse de su traición y, al menos por esta noche, retozará con Nos.
Aprendimos que, a veces, al simular pena o lástima se obtiene lo deseado. No puede dudarse que algo de amor fue sentido hacia el patético barbudo, pues el Sr. Torrija fue liberado de su penitencia.
Que la diosa castigue a la oveja descarriada.
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e
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